Deutsche Bank prevé que la economía española seguirá liderando de nuevo el crecimiento de la zona euro en 2025
Deutsche Bank incrementa sus perspectivas para España en 2025 y cree que seguirá liderando el crecimiento de la zona euro gracias a la solidez de la demanda doméstica, según ha asegurado hoy Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España durante la presentación de las perspectivas macroeconómicas y la estrategia de inversión para 2025.
España cerrará el actual ejercicio 2024 con un aumento del PIB del 3%, muy por encima de economías de su entorno como Francia (1,2%), Italia (0,4%) o Alemania (-0,1%) y de la media de la eurozona (0,7%). “La economía de la zona euro se recupera muy lentamente, debido a la baja productividad que limita su crecimiento potencial y los problemas de países específicos como Francia y Alemania. La solidez del mercado laboral, las rebajas de tipos por parte del BCE y el aumento de salarios reales deberían permitir una mejora de la actividad económica el próximo año, si bien el aumento de los aranceles de EEUU o el recrudecimiento del conflicto comercial entre China y Estados Unidos podrían amortiguar su recuperación”, ha explicado Rosa Duce.
Deutsche Bank espera que la inflación de la zona euro se acerque hacia el objetivo del 2% del BCE en 2025, lo que permitirá al organismo centrarse en políticas que fomenten el crecimiento y continuar su ciclo de relajación con otros 25 pb. de recorte en diciembre, y cuatro recortes más a lo largo de 2025 reduciendo su tipo de depósito del 3,25% actual al 2% a finales de dicho año.
En el caso de EEUU, su economía sigue en una sólida trayectoria de crecimiento, impulsada por la demanda nacional, la mejora de la productividad y un mercado laboral muy estrecho, con pocos signos de recesión a pesar de los recientes descensos de la actividad industrial. La entidad espera que el PIB de EEUU aumente en torno al 2,7% en 2024 y un 2% en 2025. La victoria republicana en la Casa Blanca debería traer consigo recortes fiscales, una mayor desregulación, así como el crecimiento del déficit público y el aumento de los aranceles a las importaciones. Todo ello tendrá su impacto en la economía en 2026 cuando el crecimiento del PIB estadounidense se podría acelerar hasta el entorno del 2,2%.
“Es probable que el proceso de desinflación siga siendo lento ante la fuerte demanda, el aumento de la deuda pública y, probablemente, el aumento de los aranceles a las importaciones. Como resultado, esperamos que la inflación se mueva lateralmente en EEUU, por encima del objetivo de la Fed, hasta el 2,4% tanto en 2025 como en 2026. Esto le debería llevar a avanzar con precaución en su ciclo de relajación monetaria con tres recortes más de tipos de 25 pb., lo que dejaría los tipos de la Fed entre el 3,75-4,00% a finales de 2025”, ha subrayado Rosa Duce.
Mientras, el crecimiento de China ha perdido fuelle y necesita un fuerte estímulo para proporcionar impulso duradero a los precios y a la demanda nacional. El aumento de las tensiones comerciales con EEUU podría afectar a las exportaciones, actual motor de crecimiento, mientras que las medidas de estímulo monetarias y fiscales podrían apoyar la demanda doméstica, pero de forma muy lenta. Por eso, se prevé que su PIB se ralentice al 4,2% en 2025. Y en Japón, el mayor crecimiento salarial en más de 30 años ha impulsado el consumo privado, sentando las bases para una recuperación económica continua en 2025, cuando se prevé que crezca un promedio del 1,2%.
Potencial de rentabilidad en renta fija y tono positivo, pero con volatilidad, en renta variable
Deutsche Bank anticipa mayor volatilidad en las Bolsas durante 2025 al tiempo que todavía observa recorrido en rentabilidad para la renta fija. En concreto, la entidad espera que el rendimiento del Bono a 10 años estadounidense (US Treasury) y del Bund alemán se mantendrá en niveles elevados. “En el crédito de grado de inversión, que ha disfrutado de una fuerte demanda institucional y de flujos de entrada de fondos, no vemos ningún potencial de estrechamiento adicional de los diferenciales. En lo que respecta al segmento High Yield, los diferenciales actuales no reflejan los riesgos predominantes y deberían ampliarse en el horizonte previsto”, ha puntualizado Alejandro Vidal, Head Investment Manager de Deutsche Bank España.
En renta variable, 2024 terminará previsiblemente con una rentabilidad de casi el 20% en los mercados desarrollados apoyados en los sólidos beneficios empresariales, las reducidas probabilidades de una recesión y la bajada de tipos de interés. Sin embargo, según Alejandro Vidal, “hay que ser cautos en 2025, ya que la incertidumbre sigue siendo alta y, teniendo en cuenta los cambios de política económica, debe esperarse volatilidad”. En este sentido, añade Vidal, “los sectores orientados al crecimiento partirán mejor posicionados para atraer inversores”.
Respecto a las materias primas, los precios del petróleo fluctuarán en medio de la tensión geopolítica y la incertidumbre sobre la demanda, con el oro como cobertura por las compras de inversores minoristas y bancos centrales. En divisas, el resultado de las elecciones estadounidenses ha provocado un fortalecimiento del dólar que esperan se mantenga durante 2025, con una previsión a cierre de 2025 para el EURUSD de 1,02. Mientras, creen que el Yen se apreciará moderadamente debido al estrechamiento de los diferenciales de rentabilidad y el Yuan podría sufrir si se intensifica el conflicto comercial con EEUU.
Deutsche Bank incrementa sus perspectivas para España en 2025 y cree que seguirá liderando el crecimiento de la zona euro gracias a la solidez de la demanda doméstica, según ha asegurado hoy Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España durante la presentación de las perspectivas macroeconómicas y la estrategia de inversión para 2025.
España cerrará el actual ejercicio 2024 con un aumento del PIB del 3%, muy por encima de economías de su entorno como Francia (1,2%), Italia (0,4%) o Alemania (-0,1%) y de la media de la eurozona (0,7%). “La economía de la zona euro se recupera muy lentamente, debido a la baja productividad que limita su crecimiento potencial y los problemas de países específicos como Francia y Alemania. La solidez del mercado laboral, las rebajas de tipos por parte del BCE y el aumento de salarios reales deberían permitir una mejora de la actividad económica el próximo año, si bien el aumento de los aranceles de EEUU o el recrudecimiento del conflicto comercial entre China y Estados Unidos podrían amortiguar su recuperación”, ha explicado Rosa Duce.
Deutsche Bank espera que la inflación de la zona euro se acerque hacia el objetivo del 2% del BCE en 2025, lo que permitirá al organismo centrarse en políticas que fomenten el crecimiento y continuar su ciclo de relajación con otros 25 pb. de recorte en diciembre, y cuatro recortes más a lo largo de 2025 reduciendo su tipo de depósito del 3,25% actual al 2% a finales de dicho año.
En el caso de EEUU, su economía sigue en una sólida trayectoria de crecimiento, impulsada por la demanda nacional, la mejora de la productividad y un mercado laboral muy estrecho, con pocos signos de recesión a pesar de los recientes descensos de la actividad industrial. La entidad espera que el PIB de EEUU aumente en torno al 2,7% en 2024 y un 2% en 2025. La victoria republicana en la Casa Blanca debería traer consigo recortes fiscales, una mayor desregulación, así como el crecimiento del déficit público y el aumento de los aranceles a las importaciones. Todo ello tendrá su impacto en la economía en 2026 cuando el crecimiento del PIB estadounidense se podría acelerar hasta el entorno del 2,2%.
“Es probable que el proceso de desinflación siga siendo lento ante la fuerte demanda, el aumento de la deuda pública y, probablemente, el aumento de los aranceles a las importaciones. Como resultado, esperamos que la inflación se mueva lateralmente en EEUU, por encima del objetivo de la Fed, hasta el 2,4% tanto en 2025 como en 2026. Esto le debería llevar a avanzar con precaución en su ciclo de relajación monetaria con tres recortes más de tipos de 25 pb., lo que dejaría los tipos de la Fed entre el 3,75-4,00% a finales de 2025”, ha subrayado Rosa Duce.
Mientras, el crecimiento de China ha perdido fuelle y necesita un fuerte estímulo para proporcionar impulso duradero a los precios y a la demanda nacional. El aumento de las tensiones comerciales con EEUU podría afectar a las exportaciones, actual motor de crecimiento, mientras que las medidas de estímulo monetarias y fiscales podrían apoyar la demanda doméstica, pero de forma muy lenta. Por eso, se prevé que su PIB se ralentice al 4,2% en 2025. Y en Japón, el mayor crecimiento salarial en más de 30 años ha impulsado el consumo privado, sentando las bases para una recuperación económica continua en 2025, cuando se prevé que crezca un promedio del 1,2%.
Potencial de rentabilidad en renta fija y tono positivo, pero con volatilidad, en renta variable
Deutsche Bank anticipa mayor volatilidad en las Bolsas durante 2025 al tiempo que todavía observa recorrido en rentabilidad para la renta fija. En concreto, la entidad espera que el rendimiento del Bono a 10 años estadounidense (US Treasury) y del Bund alemán se mantendrá en niveles elevados. “En el crédito de grado de inversión, que ha disfrutado de una fuerte demanda institucional y de flujos de entrada de fondos, no vemos ningún potencial de estrechamiento adicional de los diferenciales. En lo que respecta al segmento High Yield, los diferenciales actuales no reflejan los riesgos predominantes y deberían ampliarse en el horizonte previsto”, ha puntualizado Alejandro Vidal, Head Investment Manager de Deutsche Bank España.
En renta variable, 2024 terminará previsiblemente con una rentabilidad de casi el 20% en los mercados desarrollados apoyados en los sólidos beneficios empresariales, las reducidas probabilidades de una recesión y la bajada de tipos de interés. Sin embargo, según Alejandro Vidal, “hay que ser cautos en 2025, ya que la incertidumbre sigue siendo alta y, teniendo en cuenta los cambios de política económica, debe esperarse volatilidad”. En este sentido, añade Vidal, “los sectores orientados al crecimiento partirán mejor posicionados para atraer inversores”.
Respecto a las materias primas, los precios del petróleo fluctuarán en medio de la tensión geopolítica y la incertidumbre sobre la demanda, con el oro como cobertura por las compras de inversores minoristas y bancos centrales. En divisas, el resultado de las elecciones estadounidenses ha provocado un fortalecimiento del dólar que esperan se mantenga durante 2025, con una previsión a cierre de 2025 para el EURUSD de 1,02. Mientras, creen que el Yen se apreciará moderadamente debido al estrechamiento de los diferenciales de rentabilidad y el Yuan podría sufrir si se intensifica el conflicto comercial con EEUU.